sábado, 9 de febrero de 2013

¿Qué Dice la Biblia Sobre el Divorcio?


¿Qué Dice la Biblia Sobre el Divorcio?


“…lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Mateo 19:6b

Los divorcios no son un tema nuevo del cual hablar, quizás lo nuevo -y triste- es la inmensa cantidad de divorcios que se están realizando día a día, y lo peor es que este indicador está en aumento con el paso del tiempo. Mientras en el pasado las parejas recién casadas como mínimo vivían juntas entre 15 a 25 años, ahora la cantidad de tiempo que viven juntos ha disminuido entre 5 y 10 años. Incluso en ciudades importantes como Madrid, en un año hubo en promedio 1 divorcio cada 27 minutos, además que ese mismo año tuvieron más divorcios que matrimonios.

No es muy distinto en Latinoamérica, en donde con nuevas leyes promulgadas, como el “divorcio express” (un recurso en donde ambos deciden mutuamente separarse y es más ágil el proceso), en países como Chile, Colombia, Argentina y Venezuela; la cantidad de divorcios en el mundo en general se ha disparado, por ejemplo en México, sólo el 30% de los matrimonios logra sobrevivir los primeros 10 años de vida juntos. Estos números no son nada alentadores hacia el matrimonio, de hecho son terribles.

¿Y qué decir del “hasta que la muerte los separe”?, entonces podemos preguntarnos con sincera inquietud: ¿Qué dice la Biblia sobre el divorcio?, ¿Existe base bíblica para que pueda efectuarse?, De ser así, ¿En qué casos es lícito divorciarse?… Intentaremos abordar y responder a estas preguntas en base a lo que dice la Biblia, que es la Palabra de Dios, así que, ¡Aquí vamos!
Breve Reseña Histórica

El primer lugar de la Biblia donde se menciona la posibilidad de un “divorcio” es en el libro de Deuteronomio capítulo 24 versículos 1 al 4, veamos el verso 1:

“Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.” Deuteronomio 24:1

Muchas personas tienden a pensar que esa “alguna cosa indecente” puede ser que la mujer no haya llegado virgen al matrimonio, sin embargo ese caso se aborda previamente en Deuteronomio 22:20-21 y sí la mujer no ha llegado virgen al matrimonio la ley dictaba que la mujer muriera apedreada (gracias a Dios vivimos bajo la gracia). Así que no es el caso de justificante de divorcio, en realidad esa “cosa indecente” podría ser cualquier cosa que al hombre no le pareciera correcto de ella, desde atributos físicos que no le gustarán, hasta particularidades de la personalidad de ella que no le resultarán agradables.
¿Y Qué Dijo Jesús?

Podemos encontrar en Mateo 19:1-12 la descripción más completa de este tema que hace Jesús, otras referencias están en Marcos 10:1-12 y Lucas 16:18; en estos pasajes vemos que a Jesús le preguntan sobre este tema en base a lo que dice la ley, y Él también utiliza las referencias contenidas en Deuteronomio 24, leamos:

“Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” Mateo 19:3

Aquí podemos confirmar que la tendencia de las personas era que por cualquier causa se podían divorciar (¿Te suena “familiar” eso?), supuestamente basados en Deuteronomio 24:1; por cierto que las intenciones de los fariseos no eran averiguar exactamente cuál es la voluntad de Dios respecto a este tema, al contrario ellos buscaron poner en dificultades a Jesús para que contradijera lo que dice la Escritura. Objetivo que no lograron.

Jesús fue categórico en su respuesta (Mateo 19:4-6), Él utilizó la historia que está contenida en las Escrituras para demostrar la validez de las mismas y para dar a entender que en el principio el propósito de Dios no es la separación de las personas, Dios desea que nos mantengamos firmes en el diseño que Él mismo ha creado, que es el hogar. La pregunta lógica que hicieron los fariseos a continuación en el verso 7 es: ¿Porqué Moisés permitió dar la carta de divorcio?, a lo que Jesús respondió:

“Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.” Mateo 19:8-9

El problema del divorcio en realidad es la oportunidad de caer en el adulterio, por esto es que Jesús hace hincapié en que sí te divorcias y te casas con otra mujer adulteras, y que sí eres la mujer divorciada y te casas con otro hombre también adulteras. En realidad el problema es dejar esa puerta abierta hacia el pecado en sí. Por eso a continuación, mientras sus discípulos le dijeron que era “conveniente mejor no casarse”, Jesús simplemente contesto:

“No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.” Mateo 19:11


Jesús sabe que Sus Palabras son fuertes y en ningún momento está buscando acomodarse a las preferencias que la gente podría tener, simplemente sabe que no todos los que le escuchen querrán obedecerlo. La frase “Y Yo os digo…” del verso 9, indica autoridad, Jesús a diferencia de otros líderes religiosos que han existido nos habla con autoridad que sólo puede provenir de Dios.
Conclusiones

A Dios no le agradan los divorcios, eso lo podemos ver claramente en todos los pasajes que hemos estudiado y además lo dice literalmente en el siguiente texto:

“Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio,…” Malaquías 2:16

Sin embargo Dios nos ha dejado una “clausula de excepción” en Mateo 19:9:

“Y Yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación…” Mateo 19:9

Sí tienes problemas de distinta índole en tu matrimonio te recomiendo que busques consejería para tratar de resolverlos y pon de tu parte, pero hazlo por agradar a Dios, más que a tu cónyuge, y sólo sí llegas al caso extremo de caer en adulterio es que podrías tener base bíblica para separarte, porque en todo caso habrás caído en el pecado que Dios deseaba evitarte.

Te animo a que luches por tu matrimonio, sé que no es nada fácil, pero ese tipo de luchas le agradan muchísimo a Dios, ya que son el tipo de luchas donde buscamos agradarle y obedecerle a Él antes que a nosotros mismos. ¡Sé valiente y fuerte!. Pon de tu parte y reconoce tus errores, sé comprensivo(a), pide perdón cuando corresponda y perdona cuando tengas que y tendrás más de la mitad de la batalla ganada.

¡Que Dios te bendiga, cuide y guíe siempre!

¡Dios te ama!

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