Cecilia, perdió a su esposo a solo ocho meses de casada, y con cuatro semanas de embarazo. Se conducían por la calle que les llevaría de regreso a casa, después de un fin de semana de retiro espiritual que organizó su iglesia local y que estaba diseñado para parejas. Sin embargo poco antes de cruzar el último semáforo un vehículo les quitó el derecho de vía, sacándoles de la carretera y provocando así la trágica muerte de Héctor.
Con tan solo 24 años, Cecilia había pasado de ser una mujer completamente feliz y realizada, a una mujer llena de dolor, miedos y dudas. ¿Por qué Dios permite que estas cosas sucedan? ¿Por qué hoy y no antes que nos conociéramos? ¿Por qué ahora que mi hijo está en camino? Son solo algunas interrogantes que se hacía y que cuestionaban la voluntad de Dios para ella.
Susana
Se conocieron en su centro de trabajo y rápidamente se dieron cuenta que había química entre ellos, por lo que no dudaron en iniciar una relación sentimental, pese a que tenían poco tiempo de conocerse. Al igual que la mayoría de parejas jóvenes, se precipitaron y en poco tiempo afrontaban la noticia que serian padres.
Gerardo sabia que un bebe a su edad, recién egresado de la universidad y para alguien que se iniciaba en la vida empresarial representaba una responsabilidad y dedicación de tiempo que no estaba dispuesto a dar, por lo que no importó el sin numero de promesas que le hizo, y no dudo en dejar a Susana con toda la responsabilidad.
Carol
Gritos, insultos y constantes pleitos envolvían el hogar de Carol y Josué, y es que aunque años atrás le había perdonado un sinfín de llegadas tardes, otras mujeres, alcohol y juegos, se había cansado y no estaba dispuesta a continuar con el estilo de vida que llevaban.
Josué había tocado el límite, por primera vez los maltratos psicológicos pasaron a golpes físicos, así que Carol tomó sus cosas, y a su pequeña Sofía de diez meses, y decidió abandonar a su marido e iniciar su vida sola.
No conocemos las causas de que hoy te encuentres sola luchando día a día para sacar adelante a tu hijo, quizá como en el caso de Cecilia un accidente te llevó a enviudar joven y convertirte en madre soltera, o como a Susana las promesas se quedaron en ideales porque cuando realmente necesitabas el apoyo no lo recibiste, o talvés al igual que Carol decidiste separarte.
Sin embargo, independientemente las razones del porque estas sola, Dios ha puesto en tus manos, una vida, y te ha entregado la responsabilidad de guiarla, cuidarla, instruirla y enseñarle.
Así como ser madre es una tremenda responsabilidad es un gran privilegio, tienes la bendición de moldear y formar a alguien de bien para la sociedad, una persona con valores espirituales, morales y éticos, pero puedes también transmitir el ejemplo de valor, coraje y fuerza que tú tuviste al decidir permitir que esa vida se continuara formando dentro de ti, sin importar lo que enfrentarías.
Quizás en muchas ocasiones te hayas preguntado, ¿Cómo haré para cubrir los gastos de este mes?, ¿Cómo voy a explicar lo que sucedió con su padre cuando me pregunte por él? ¿Cómo puedo evitar que no sufra por la ausencia de su padre?
Es importante que sepas que no estás sola, que Dios no te ha dejado ni un instante y no lo hará ahora, que de la misma forma que ha estado contigo y ha tenido cuidado de tus necesidades, las seguirá cubriendo.
“Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra” 1 Reyes 17:14 (RVR)
¿Cómo superar esta etapa?
1. No pierdas tu tiempo pensando en tu fracaso, que salió mal o en que te equivocaste, la mayoría de las veces las cosas no salen como esperábamos. De todos los errores se aprende una lección, ¿tú ya aprendiste la tuya?
2. No te encierres en ti misma al punto de auto compadecerte, no hay razón por que despreciarte, Dios te ha dado una nueva identidad a través del sacrificio de Cristo, tu valor no depende de tus éxitos y logros o fracasos y errores, sino de lo que Cristo ya hizo por ti.
3. No te angusties porque estás sola, o pensando si algún día finalmente el amor llegará a ti, o si se repetirá la historia, alguien dijo: “Mujeres que toman decisiones a la carrera tienden a equivocarse”
4. No transmitas tus miedos, rencores y estigmas a tus hijos, por el contrario que esta experiencia te sea útil para ensenar e instruir en ellos lo que es agradable delante de Dios. Se ejemplo en todo, recuerda que tus hijos serán una reproducción autóctona de lo que tú eres.
5. Si estas dentro de la iglesia, identifica aquellas mujeres que se encuentran viviendo tu misma circunstancia, y ¿por qué no iniciar un grupo? ¡Cuidado! cuando hablo de un grupo no estoy pensando en una serie de sesiones para auto compadecerse, sino más bien que sea un ministerio mas dentro de la iglesia, donde guiadas por principios cristianos y bajo la cobertura de las autoridades de la iglesia, se pueda ayudar y apoyar conjuntamente a otras madres.
6. Si tienes la oportunidad de rehacer tu vida, asegúrate que estas lista, evalúa si realmente tu hijo necesita un padre, no entres en relaciones íntimas antes de casarte y por supuesto deja que Dios tome el control y aprende a esperar su tiempo.
Si no te habías dado cuenta eres una mujer de mucho valor delante de Dios, y tu esfuerzo, dedicación y audacia no quedaran sin recompensa, así que…
“No temas coloca tu nombre pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor” Isaías 54:4-8 (RVR)
¡Coram Deo!
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